martes, 13 de diciembre de 2022

   COLABORACIÓN DE JOSÉ LÓPEZ FRANCO   

 El cuento de Navidad de Auggie Wren


Días pasados nos reunimos los miembros del Club de Lectura de la biblioteca pública en la que será nuestra última reunión del año, donde se debatió el Cuento de Navidad de Auggie Wren del que es autor Paul Auster que tenía su complemento en la película sobre este mismo asunto, película que no todos habíamos visto.
En el transcurso de la anima tertulia literaria se expuso que "la historia del cuento de Navidad se veía como real", destacándose que se percibía como un relato interesante, de la que se obtenía una moraleja de enseñanza, también se destacó que hay que ser conscientes del paso del tiempo: "Las cosas están ahí, pero hay que fijarse en ellas y ahondar", se apuntó. Se hizo hincapié en el hecho de que "el tiempo pasa sigiloso, con cautela", como también llamó la atención de los contertulios que "un ratero de medio pelo robara libros y la perjudicada no los encontrara cuando fue a casa de la abuela del chico que estaba sola y era ciega".
Muchos de los intervinientes pusieron énfasis en un hecho: Al hablar del paso del tiempo, se percibe que un hombre que está en un estanco puede ser un artista, se habla de la soledad, del hurto de libros de bolsillo (que no robo, como especificó un tertuliano), de la vejez, de la mentira..."
Se precisó que el contenido de la historia que era motivo de debate literario, "tiene más que ver con la verosimilitud que con la verdad". Y se indicó que "la historia de la abuela es tierna, demuestra la humanidad, supone un acto de amor y de compasión para ver lo que hay detrás de todo lo que percibimos". Una situación que lleva a un hecho. "Es una reflexión, porque las situaciones que se producen son malos pero las personas están influidas por las circunstancias", un planteamiento que nos lleva a la popular frase de Ortega y Gasset del "yo soy yo y mis circunstancias".
En la referencia a las fotografías que ilustran el cuento, los tertulianos apreciaron en ellas el transcurso del tiempo y la vida, considerando que "la rutina no es una línea recta". También se hizo hincapié en un hecho relevante: "No siempre lo legal es justo". Y destacaron que se pone en valor la amistad en este cuento que adquiere el valor de un relato corto en el que se cuentan muchas historias entrelazadas.

lunes, 7 de noviembre de 2022



Colaboración de José López Franco, de la reunión del Club de lectura con la autora Eloisa Martínes Santos y su novela "Mujeres de hojalata"




 "Mujeres de hojalata" nos reunió a todos los miembros del Club de Lectura con la escritora madrileña Eloísa Martínez Santos, quien nos explicó algunas particularidades de su novela. Dejó bien claro algunos aspectos a destacar: no se trata de una novela autobiográfica, tampoco es una historia feminista, aunque sí recoge diversas etapas familiares de varias generaciones de mujeres que tuvieron un hilo conductor a lo largo del relato: las albóndigas.

Eloísa huye de las etiquetas, de ahí que califique su novela de mujeres, escrita por una mujer. Para ella "no hay que hacer alarde de femineidad sino de talento", dijo.
Viajera impenitente, situó la trama en Boston y reconoce que de cada ciudad te llevas una imagen, una calle que, en el caso de Ceuta, fue el edificio Trujillo del que destaca su escalera, también el retablo de la iglesia de Los Remedios; amante de la vida, gusta de mirar cómo están los comercios y las terrazas con la gente que los ocupan y se llevó de Ceuta el deje, en la forma de hablar: unas veces similar a Málaga, otras a Marruecos.
A preguntas de los asistentes, fue describiendo algunos de los personajes que forman parte de la trama de su novela. Carmen "desata pasiones encontradas: a los hombres le despiertan su lado más canalla", señaló. "Quise mostrar una mujer intelectual con ideas claras y la gran transformación en la novela que es Carmen".
Ni Alicia ni Carmen sino Esperanza fue el primer personaje en el proceso de producción, señaló la autora de la novela. Una obra literaria que precisó de cinco años hasta culminarla a su gusto con la idea que quería expresar de cada uno de los personajes. "Tenía claro -dijo-, lo que cada una iba a representar. Milagros un poco beata y con un amor prohibido". En Esperanza -dijo la autora de la novela-, puede haber dos o tres conversaciones diferentes, la visualiza perfectamente".
Del personaje de Carmen considera que resulta pedante, clasista, "si Carmen no estuviera viva te resulta antipática o la has de amar", indicó Eloísa. "El "filing" con ella se da constantemente, Carmen no entendió a su familia y a base de trabajar mucho llegó su transformación y conoció la verdad de su familia".
Destacó de Minerva, la criada, como un personaje significativo en la novela, de la que su "lector cero" señaló que tenía un gran potencial "y decidí -dice Eloísa-, que Carmen necesitaba un punto de apoyo y sentirse gallito, alguien que le sirviera de muleta".
Al ser preguntada la escritora autora de "Mujeres de hojalata" si su obra era autobiográfica, preguntó: "¿Vosotros me veis con dos amantes a la vez?". Dice que los personajes surgieron inspirados en las "Chicas de oro". Carmen está con su familia y considera a esta perdedora por los avatares que han pasado. Un relato que, en sus primeras treinta páginas, según su autora, es duro pero que paulatinamente te va atrapando la novela.
Sitúa la voz en tercera persona como más objetiva y que no llega al narrador-cámara. La escritora usa recursos de poner similitudes con actores y actrices del cine para mostrar una especie de película. Describió el personaje de Encarnación como una mujer que no se quiso casar con el pobre ya que buscaba a un hombre con abolengo, pero sí acostarse con él, se platea que se ha enamorado de Mauro, se van del pueblo, lo pasan mal y se enfrenta a los problemas de una capital con un marido enfermo.
Entre Reme y Esperanza empiezan las albóndigas que marcan las diferentes etapas de la familia. Milagros se ve en París con su hermano y se enamora de un nazi, que después moriría. Nace Angustias que es el tipo de mujer que no encuentra su lugar en el mundo: mujer bipolar.
Todas las familias -matiza la escritora de la novela-, tienen sus secretos inconfesables como hace Esperanza que parece la mejor de la familia, Alicia lo que hace es obedecer y sacrifica el amor por su cuñado en aras a la familia.
En cuanto al enclave de situar la casa en venta de la familia en la calle Alcalá número 174, obedecía a que un día, la autora de "Mujeres de hojalata" pasó por allí y como no hay nada sin un motivo que lo justifique, descartó el barrio de Salamanca o Chamberí, cuando iba paseando por Madrid desde Manuel Becerra a Ventas, porque le llamó la atención que el edificio no era tan viejo ni feo y tenía los años que necesitaba para la trama de la novela. Entró al portal la escritora en una calle de gente vieja que era lo que buscaba porque se ven más inteligentes que los niños. dice. Accedió al portal, aunque el piso en el que sitúa la novela está inventado.
Eloísa Martínez Santos relata que "llegan más los cambios profundos con el dolor que con la felicidad", justificando así el "leit motiv" de la novela y concluye diciendo que "el final de la novela trae vida, no habrá segunda parte porque la obra literaria esta terminada y lo que luego pasa ya es la vida privada". La escritora dice identificarse con la fuerza de la abuela "me gusta mucho Alicia, aunque a Carmen la he vivido de cerca porque tengo un negocio familiar y siento una ternura especial por Angustias, que es el garbancito que no se ve en la obra, pero sufre mucho, que no se siente querida con un matrimonio difícil y a quien parece que le ocultan algo".
La escritora madrileña concluye: "Cada generación tenemos nuestro mundo".