Notas sobre la novela “De
ratones y hombres” de John Steinbeck.
(1902-1968).
Bernardo Muñoz Fernández
Soledad Bolea Bosque
Integrantes del Club de
Lectura de la Biblioteca “Adolfo Suarez” de Ceuta.
Esta brevísima novela de
Steinbeck publicada en 1937 es importante por lo que cuenta, pero también lo es
por cómo lo cuenta y por aquello que no cuenta en modo directo, sino a través
de alusiones, símbolos y alegorías.
Antes de la publicación De
Ratones y Hombres el autor publicó en 1936 una investigación periodística
que realizó para el San Francisco News sobre los jornaleros inmigrantes
californianos, a quienes llamó “los vagabundos de la cosecha”, basada en sus
propias experiencias como bracero y recolector de fruta por los ranchos
californianos y que serviría de referencia para esta novela.
Cuando se publica De
Ratones y Hombres todavía se está viviendo, de manera aguda, los efectos de
la gran crisis agropecuaria del medio oeste norteamericano, con la ruina de las
explotaciones agrícolas ubicadas en las Grandes Praderas (Oklahoma, Texas,
Kansas, Colorado, Nuevo México y Arkansas), ocasionada por la sequía prolongada
( 1930-38).
En las otras dos novelas que seguirán a esta: Las uvas de la ira (1939) y Al Este
del Edén (1952), Steinbeck será más explícito con esta crisis social y económica
y describirá con más detalle aquella masiva migración interna.
Aquello que cuenta la
novela: Una parábola conmovedora sobre dos jornaleros agrícolas.
El argumento de la novela,
lo que cuenta, es sencillo y tiene una estructura dramática con final abierto que
narra las andanzas de dos peones agrícolas, George Milton y Lennie Small, en
busca de trabajo y de dignidad por los ranchos californianos. Dos braceros migrantes que representan a los
miles de jornaleros que durante esos años de crisis emprenderían un éxodo hacia
el Oeste estadounidense, como si fuera un éxodo bíblico en busca de la Tierra
Prometida, para llegar a la rica y fértil campiña californiana que contaba con
granjas mucho más modernizadas y cultivos más variados.
Cuando llegan al rancho a
trabajar su objetivo era pasar desapercibidos, trabajar y ahorra dinero para
poder comprar “dos acres de tierra” con la que sueñan, pero las circunstancias del
destino conspirarán contra sus sueños.
Cómo lo cuenta: una play-
novelette muy versátil.
En su planteamiento formal
esta novela es el resultado de un ensayo experimental que el mismo autor lo
definió como un formato de novela breve para ser representada en teatro y/o
en cine. Esto obligaba a disponer la narrativa de tal manera que fuera
compatible para los dos medios de expresión. Así, el mismo público, ya fuese un
lector o un espectador se podía hacer cargo de la trama de manera directa e indistintamente
y con pocas adaptaciones.
El experimento fue eficaz,
ya que las tres obras se rodaron para el cine con notable éxito de la crítica.
En el caso De Ratones y Hombres su adaptación al teatro se estrenó ese
mismo año de 1937, y su adaptación al cine se estrenó en 1939.
El maridaje del texto
literario de esta novela hacia las artes escénicas se refleja en la
concatenación de la trama en la que cobran protagonismo los abundantes diálogos
con léxicos que están adaptados a la condición de cada personaje, el escaso
papel de la voz narrativa y un continuo entrar y salir de diversos personajes
“a escena” que crean un movimiento narrativo continuo.
Aunque la obra está
organizada en siete capítulos se podría dividir en tres actos teatrales de dos
escenas cada uno; Se añadiría uno, el primero, para introducir la ambientación del
paisaje que, a su vez, será mimético con la ambientación del último capítulo.
La estructura
de la trama y presentación de los personajes.
Se puede entender el
desarrollo de la trama en seis pasos: exposición, conflicto, aumento de la
acción, clímax, caída de la acción y resolución.
En cuanto a los personajes,
Steinbeck los dota de una característica arquetipal que contienen y representan
a poblaciones más extensas y con los que el gran público puede identificarse
fácilmente. En general hacen referencia a una población que se estaba quedando
ya sin tiempo histórico, que venían de una forma de vida en extinción por la
paulatina mecanización de las labores del campo y que, algunos de ellos, como
los propios protagonistas, todavía sueñan con tener “Una granja propia de dos
acres de tierra” y una vida sencilla y libre.
Exposición. Corresponde
con el primer capítulo. En este apartado solo se describe el espacio natural
del rio Salinas y su laguna, con los animales, la vegetación y los árboles
sicomoros. Un pequeño edén; un oasis de paz antes de la travesía hacia el
trabajo duro. Un paisaje que el propio autor lo conocía bien y que será el
mismo paisaje natural del final de la novela.
Conflicto.
El conflicto en la novela acontece con la presentación de George Milton y Lenny
Small. Los dos se muestran y se expresan como dos personas muy diferentes, ya
que Lenny tiene una discapacidad intelectual.
Por los diálogos nos enteramos de que esta discapacidad de Lenny les crea
conflictos allí donde van. Por todo ello, George se muestra entre
resentido y resignado hacia Lenny.
Aparentemente George cuida
de Lenny, pero la relación de ambos es, en cierta manera, simbiótica. Aparentemente
George puede y desea vivir sin Lenny; pero, en otro nivel de la realidad, depende
de él y no sabe estar solo. Lenny le da sentido a su vida y le mantiene en su
cabeza el sueño utópico de conseguir una tierra en propiedad.
Como personaje literario,
el papel que juega Lenny Small en la novela es el más importante. Debido
precisamente a su discapacidad, él es el portador del cambio y del movimiento
de la trama hacia el clímax del drama.
En este capítulo el autor hace
alusión a la única referencia que aparece en la novela al contexto de la Gran Depresión,
cuando por boca de George se mencionan las “tarjetas de trabajo”, expedidas por
la agencia de contratación gubernamental Murray y Ready. Durante la crisis
agropecuaria, la administración Roosevelt aseguraban con estas tarjetas la
empleabilidad de los contratados y el reembolso de sus costes de contratación a
sus posibles contratadores. En realidad, eran mano de obra gratuita.
Aumento de la
acción. Corresponde con los capítulos 3 y 4 En ellos se presentan la práctica totalidad
de los personajes que intervienen en la novela.
Toda la acción transcurre en el barracón del rancho que utilizan los peones. Candy será el primero al que George y Lenny conozcan. Servirá de confidente para ellos. Respondería al arquetipo literario del “viejo mayordomo” que guarda la memoria histórica de los jornaleros que han pasado por ahí. Entra también al barracón el patrón del rancho, distante y autoritario. Luego Entra Curley, el hijo del patrón. Se asoma también a la puerta la mujer de Curley, recién casada, sobre la que pesaba la maledicencia de buena parte de los peones del rancho. Debido a la condición de su carácter, su papel en la novela, al igual que el de Lenny, es el de ser portadora de la acción y llevar la historia hacia el clímax. Entra también al barracón Slim, el mulero jefe. Representa al arquetipo del hombre norteamericano que ha hecho si mismo. Es Respetado y escuchado por todos; Un líder natural. Es el personaje al que el autor le dedica los mayores atributos positivos.
Es en el capítulo cuatro donde
se produce la lucha entre Curley y Lenny y la muerte intencionada del perro de
Candy a manos de Carlson, un jornalero. Este hecho provocara que el viejo Candy
se una también al proyecto de la granja de George y Lenny.
Es en estos capítulos
donde el autor hace más alusiones a la sociedad del momento a través de algunos
personajes del rancho. Un mundo
solitario de hombres solos y desarraigados a los que les llama la atención que
George y Lenny viajen juntos. La propia mujer de Curley sufre doblemente de
soledad: por ser mujer en un mundo de hombres y porque el resto de hombres la evitan,
empezando por su propio marido.
Alude también el autor a como se vivía el ocio
en ese mundo de hombres. Los juegos de cartas y el juego de la herradura como
entretenimientos casi únicos. Se hacen
varias alusiones a los prostíbulos de la época: “la casa de Susy”, señalándola
como una casa limpia y sin peligro de contagiarse de sífilis: “de ella no se
sale con las piernas arqueadas”, dirá uno de los jornaleros.
También se hace alusión a
la literatura popular de las revistas de la época, con las historias del
“Jinete enmascarado”. (el futuro llanero solitario)
Clímax. Se
distribuye entre los capítulos 5 y 6, especialmente el seis. La escena principal transcurre en el cuarto
aledaño al granero donde tiene su camastro Crooks,
el peón negro que cuida del establo. Allí acude Lenny a jugar con los cachorros
de perro recién nacidos y se incorpora también Candy. En este sitio tiene lugar entre los tres uno de los
diálogos más ilustrativos de la novela sobre el sueño de tener “una tierra
propia”, y de lo que significa estar
solo en la vida. La visión realista de Crooks se impondrá. Sacudirá de un
manotazo los sueños de la futura granja
que pululaban como moscas en la cabeza Lenny y Candy. Él Sabe, por experiencia,
que esos sueños suelen acabar ahogados entre wiskis y carmín en cualquier
tugurio del pueblo.
Entra en escena la mujer
de Curley preguntando por su marido y se une también al grupo, haciendo subir
la tensión de los diálogos, especialmente cuando Crooks le reconviene sobre su frívolo
comportamiento y ella le da una contestación cortante y amenazante que hoy la
juzgaríamos como supremacista y racista, pero en aquel tiempo era normal, y que
dejara enmudecido a Crooks.
El personaje de Crooks es imprescindible
en la novela. Es el que aporta la visión realista y amarga de la realidad que
les toca vivir como braceros agrícolas. A través de él, de sus propios diálogos,
el autor alude a la segregación racial de una gran parte población norteamericana.
Su arquetipo literario sería el de “esclavo de plantación”. La soledad de
Crooks es desesperante porque le obligan a estar aislado del resto de personal.
Una soledad: “que no la salvan los libros ni su lectura, “un hombre
necesita a alguien; alguien que esté cerca. Uno se vuelve loco si no tiene a
nadie”, le dirá de manera rotunda a Lenny.
En el capítulo siguiente Lenny y la mujer de
Curley mantendrán un encuentro con un fatal desenlace.
Caída de la acción. Se
da en el mismo capitulo seis. A partir de cierta sospecha, todos van a buscar a
Lenny para lincharlo. Este, al ver que ha creado dificultades, acude a la
laguna del río Salinas tal y como acordó con George.
Resolución. Corresponde
al capítulo siete. Al comprender George la fatalidad de los
acontecimientos, admite el fracaso del sueño que habían elaborado con Lenny.
Sabe que ha ido a la laguna del rio Salinas. Lo encuentra y toma una decisión que,
en ese momento y en esas circunstancias, cree que es la mejor para los dos. Es
aquí donde se da un final abierto a la novela cuando George y Slim se marchan
juntos.
Símbolos, alegorías y temas implícitos en
la novela: aquello que no se cuenta
Como señalábamos al
comienzo del artículo es propio de este autor, especialmente en esta novela,
compensar su brevedad en longitud aumentado su profundidad con alusiones y
símbolos literarios que conectan al lector con varios registros narrativos y
simbólicos en clave filosófica e incluso con alusiones bíblicas.
De la fatalidad romántica
de Robert Burns al determinismo de Steinbeck.
El propio título de la
novela es una alegoría que condensa una de las ideas implícitas más relevantes
y que sostiene toda la trama de la novela y las acciones de los personajes. Una
idea que Steinbeck toma prestada de un poema del poeta romántico Robert Burns:
A un ratón que vio su madriguera destruida por un arado, y a la que él la revistió de un ropaje
literario naturista- determinista para llevarla a la novela.
” Al igual que el ratón
que se quedó por azar sin madriguera por el arado, los hombres sufren de
igual manera el destino aleatorio. Por muy bien pensados que tengamos
nuestros proyectos no podremos evitar que se derrumben, ya que no podemos
controlar todas las circunstancias”
Bajo este determinismo
social los personajes de Steinbeck, en última instancia, no son culpables de lo
que hacen ni de lo que deciden. En realidad, no pueden hacer otra cosa que la
que hacen por sus condicionamientos sociales, biológicos y por el momento
histórico que les toca vivir.
El jardín del edén. Todo
ocurre bajo los sicomoros.
La descripción detallada e
idílica que el autor hace de la laguna y del río Salinas se puede entender como
una versión realista del tópico literario del locus amoenus: un jardín del Edén, un lugar tranquilo e
idílico en el que abundan las garzas, los coatíes, los ciervos… Hay algo en la
manera que de describirlo que recuerda a
la visión trascendentalista de los lugares naturales que hace David Toreau en
Walden: “La Naturaleza nos precede; ella seguirá estando cuando nosotros nos
hayamos ido”, viene a decir también Steinbeck en la novela.
Ese jardín está poblado
por sicomoros. Todo ocurre bajo sus troncos. El sicomoro en muchas tradiciones religiosas
simboliza el árbol que media entre el cielo y la tierra, entre los vivos y los
muertos. Es el árbol en el que se subió Zaqueo para visibilizar a Jesucristo. En
el cristianismo primitivo está asociado a la fe y a la curiosidad por descubrir,
desde su copa, nuevos comienzos; como la nueva tierra con la que sueñan George
y Lenny.
El paraíso buscado y nunca encontrado
El sueño de “la granja de
los dos acres de tierra” es la utopía de George Milton y de Lenny Small. Aquello
que les mantiene unidos. Es casi como una religión que exige que George repita,
una y otra vez a modo de salmodia, el proyecto que tienen en común.
Hay en todo esto una alegoría a la búsqueda de
la “nueva tierra, la tierra pura” que traían los primeros colonos que crearon los
nuevos estados norteamericanos, cuyos valores éticos y de justicia social serían
suscritos, seguramente, por el propio Steinbeck; pero este paraíso se perderá
antes de que lo encuentren. El propio apellido de George aludiendo al poeta John
Milton vaticinará esa pérdida.
Conclusión.
Como señala Peter Watson en
historia intelectual del siglo XX, se puede considerar a Steinbeck como el
cronista por antonomasia del desempleo de los años treinta. De ratones y
hombres es un documento de protesta social que denuncia las condiciones de
vida en los ranchos californianos. Como autor fue en su día tan criticado,
especialmente cuando le concedieron el premio Novel de literatura en 1962, como
luego rehabilitado. Hoy esta novela forma parte de la currícula de los
escolares americanos y de todos aquellos que quieran mirar la historia
económica mundial desde una perspectiva más humana.