CLUB DE LECTURA: COLABORACIÓN DE CAROLINA CÁCERES RODRÍGUEZ
OTRA
VUELTA DE TUERCA. HENRY JAMES.
Henry
James es un autor norteamericano pero nacionalizado británico,
defensor del nuevo mundo frente a la hipócrita sociedad victoriana
que critica en casi todas sus obras, por ejemplo esta. Otra vuelta de
tuerca se escribe en 1898, en esta obra se usa sobre todo el narrador
protagonista y de esta manera vemos de forma más clara toda su
personalidad y sus vivencias, lo que le sirve también a James en
este caso para dejar muy abierta las interpretaciones de lo que
realmente está ocurriendo, ya que sólo tenemos el punto de vista de
ella.
Las
interpretaciones van a variar según el lector, ya que todo está muy
abierto de forma consciente, pero éstas son básicamente dos, o
existen los fantasmas, o los fantasmas están dentro de la propia
institutriz, quien por cierto no tiene nombre.
Intentando
no perderme en esta trampa del autor que daría para horas de debate,
lo que realmente me interesa es, la crítica que Henry James vierte a
lo largo de la novela sobre la sociedad victoriana de la época, es
decir, las frustraciones sexuales (la institutriz), el
encorsetamiento moral y la mojigatería( todos los personajes excepto
los niños), el clasismo (la señora Grose y los sirvientes), la
hipocresía y la represión (los impulsos, pensamientos y actos
pecaminosos pueden perfectamente producirse pero no hacerse
públicos), etc.. Y sobre todo, como en realidad son los adultos,
con sus traumas, sus fantasías y su moralina, los que realmente
pervierten la inocencia infantil y destruyen la felicidad. Si algo
caracteriza a esta institutriz, existan o no los fantasma de la
novela, es su soberbia sin límites y su certeza absoluta de su
superior intelecto, haciéndonos ver la escena final de la historia,
como un morboso reto de inteligencia entre ella y el pequeño Miles,
un duelo de voluntades. Y es sólo esto, la vuelta de tuerca, la
presión que ejerce sobre el pequeño a su cuidado lo que provoca su
muerte.
La novela tiene una magnífico trabajo de ambientación,
aunque para ello abuse en mi opinión de frases demasiado largas.
También hay un gran trabajo con la historia de terror, haciendo para
ello, algo muy trillado ya ahora pero novedoso para su tiempo, que es
colocar un supuesto mal en un recipiente que en principio no
corresponde, dentro de un niño, jugando para ello también con la
paranoia. En fin, una magnífica novela, que me sirve para reforzar
mi idea de que no hace falta una trilogía de 600 páginas por cada
libro para escribir una gran novela.
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